EL PLAN DIVINO DE LAS EDADES
Unas
Palabras del Autor
(Charles Taze Russell)
Tanto el Autor como los Editores de este libro desean reconocer públicamente
el favor de Dios en permitirles hallarse identificados con su circulación y con
sus resultados-luz, gozo, paz y comunión con Dios, para muchas almas
hambrientas, sedientas y desconcertadas. La primera edición de la obra en inglés,
en forma de libro, apareció en el año de 1886. Desde entonces, en rápida
sucesión, ha sido reimpreso en el idioma original y también en otros 20
idiomas, hasta el grado que hoy (1916) se encuentran cerca de cinco millones de
ejemplares en manos del público del mundo entero.
No abrigamos la esperanza de que todos estos ejemplares han sido leídos, no
obstante, continuamente recibimos cartas que nos demuestran la poderosa
influencia que ellos ejercen en el corazón de sus lectores. Millares nos
informan del cambio operado en ellos; entre el número se cuentan algunos que no
consideraban a la Biblia como la Revela helpción Divina a la humanidad. Otros
nos dan cuenta de que han sido ateos, o poco menos, porque nunca antes habían
conocido al verdadero Dios, ni su Plan verdadero, y no podían aceptar,
apreciar, ni adorar las cualidades que, como regla general, los credos le
atribuyen al Eterno.
Por más de cinco años precedentes a la primera publicación de este
volumen, teníamos prácticamente la esencia del mismo, con otro titulo, y en
una forma diferente. Su estilo también difería, en cuanto a que primero
atacaba el error, y después de demolerlo, edificaba la Verdad en su lugar.
Luego nos convencimos de que no es ésta la mejor manera, puesto que algunos se
alarmaban al ver sus errores derrumbados, y no proseguían en su lectura lo
suficiente para poder entrever la estructura hermosísima de la Verdad que
suplantaba los demolidos errores.
Entonces introdujimos este volumen, el que se escribió bajo el punto de
vista opuesto. Primero presenta la Verdad, demuestra su poder y belleza, y luego
insinúa la remoción del error, no tan solo por ser absolutamente innecesario,
sino además por inútil y nocivo. De esta manera, el lector de EL PLAN DIVINO
DE LAS EDADES encuentra a cada paso algo con qué fortalecer su fe, siente mayor
proximidad al Señor, y por consiguiente, tiene confianza de que marcha por el
camino recto.
Una vez que la Verdad se discierne, se pone más y más de manifiesto lo
absurdo de los errores, lo perjudiciales y sin valor que éstos son, y
gustosamente se abandonan.
Sin duda que el gran Adversario no simpatiza con nada que abra los ojos al
pueblo de Dios, que les aumente la reverencia hacia el Libro Divino, y haga
cesar su dependencia de los credos humanos. Por lo tanto, como era de esperarse,
él se opone sobremanera a este libro. Muy pocos se dan cuenta del poder y
sagacidad de Satanás; muy pocos alcanzan a comprender el significado de las
palabras del Apóstol con respecto a este Príncipe de las Tinieblas, quien,
para combatir la Verdad y destruir su influencia, se transforma en un ángel de
luz. Muy pocos se aperciben de que nuestro astuto Adversario busca la manera de
utilizar los servicios de la mejor gente de Dios, con el propósito de impedir
que brille la luz y mantener fuera del alcance del público "EL PLAN DIVINO
DE LAS EDADES."
Muchos ignoran que desde el tiempo en que comenzó la "manufactura de
Credos," en el año 325 E. C., prácticamente no se hizo estudio de la
Biblia por un período de 1260 años. Pocos se han enterado de que durante ese
tiempo los credos fueron remachados en las mentes de muchos millones de gente,
atándolos a horribles errores y cegándolos de tal manera que no podían ver el
glorioso carácter divino de Amor, Justicia, Sabiduría y Poder. Muchos no se
dan por entendidos de que algunos reformadores, desde el retorno de la Biblia a
las manos del público, con muy buenas intenciones, pero solemnemente engañados,
cegados y maniatados por los errores del pasado, a su turno han servido para
mantener a, la gente en las tinieblas. Pocos saben que el verdadero estudio de
la Biblia, tal cual se practicaba por la Iglesia primitiva, se está apenas
poniendo nuevamente en práctica por los Estudiantes de la Biblia.
En las primeras ediciones de este libro usábamos el título de "LA
AURORA DEL MILENIO." Cuando nos enteramos de que algunos sufrieron un engaño
al tomarlo por una novela, y para evitar que bajo tal impresión algunos lo
compraran, adoptamos para la serie de volúmenes el titulo que ahora utilizamos:
"ESTUDIOS DE LAS ESCRITURAS," el cual no da lugar a equivocaciones.
Se nos ha preguntado por qué no se encuentra esta obra para la venta en las
librerías, a lo cual respondemos que aun cuando los dueños de ellas con gusto
lo harían, no obstante son amenazados de boicot por cierta clase de fanáticos
religiosos, quienes se han propuesto el impedir su circulación. Esto, a primera
vista, parecía un gran desastre, como si al Adversario le fuese permitido el
impedir la diseminación de la Verdad. No obstante, Dios de tal manera manejó
el asunto, que hoy en día probablemente no se encuentra otro libro que haya
alcanzado una circulación tan gigantesca y permanente como la de éste. Los que
a causa de sus prejuicios se negaban a leerlo, y luchaban en su contra, lo hacían
por estar dando crédito a falsedades y a malas informaciones. Muchos ejemplares
han sido quemados por gente que, sin leerlos, cedió a lo mucho que se dice en
contra del libro. Lo mismo sucedió durante la Edad Media a los seguidores de
Jesús que fueron martirizados. Aun Jesús mismo sufrió a manos de aquellos que
ni a El, ni sus doctrinas, supieron comprender. En prueba de esto, San Pedro enfáticamente
declara: "Y ahora hermanos, yo sé que ignorantemente lo hicisteis
vosotros, así como lo hicieron vuestros gobernantes" (Hech. 3:17) ; y San
Pablo añade: "Porque si hubiesen conocido, no hubieran crucificado al Señor
de la gloria." -I Cor. 2:8 Empero, si sus enemigos han sido injustos,
encarnizados y faltos de verdad, en cambio sus defensores son proporcionadamente
ardientes, llenos de celo e infatigables. Los millones de ejemplares que se
hallan en las manos del público, han pasado casi todos por manos de sus amigos,
quienes, por amor a la Verdad, dedican tiempo y energía en pro de su extensa
circulación.
Nos es un hecho conocido que al escribir estas líneas, aproximadamente
seiscientos verdaderos cristianos de todos los rangos sociales, han abandonado
todo negocio terrenal, todo prospecto y ambición, con el objeto de glorificar
e1 nombre del Señor y bendecir algunas almas hambrienta al poner este libro en
sus manos. El número incluye doctores, maestros de escuela, enfermeras,
ministros, mecánicos, barberos; en fin, gente de todas las clases sociales,
quienes, constreñidos por el amor de Dios, están ansiosos de pasar la bendición
a otros corazones e intelectos. Los libros se venden á un precio tan reducido
que los repartidores encargados de presentarlo al público escasamente pueden
proveer para sus gastos. No obstante, mayor es su regocijo cuando algunas veces
se les presenta la oportunidad de experimentar privaciones, siendo de este modo
contados dignos de sufrir inconvenientes y necesidades por causa del Señor, de
la Verdad y de sus hermanos.
La buena obra va en progreso. El Mensaje de Vida, en Cristo, pasa de mano en
mano. La presente circulación del libro es enorme. Ojalá que sus bendiciones
IV Una Palabra del Autor en el futuro sean en proporción a las recibidas en el
pasado. El Autor y los Editores no pueden pedir más. Deseando la verdadera
felicidad de todos los lectores, soy.
Vuestro siervo en el Señor,
CHARLES T. RUSSELL
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