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"El Misterio
Que Ha Estado Encubierto
Por Edades y Generaciones,
Mas Ahora Manifestado
Tado a Sus Santos"
Col. 1:26 |
--Tenue luz de la primera promesa
--La Promesa a Abraham
--La esperanza retardada
--Se principia a revelar el misterio
--Por qué fue un misterio tanto tiempo guardado
--Todavía es un Misterio para el mundo
--A su debido tiempo será manifestado a todos
--Cuándo terminará el Misterio |
Adán y Eva hechados de Eden
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Tenue luz de la
primera promesa
MIENTRAS que la humanidad se encontraba bajo la disciplina del mal e
incapaz de darse cuenta de su necesidad, repetidamente Dios manifestó su propósito de
bendecirla por medio de un libertador.
No obstante, y por más de cuatro mil años fue un misterio quién
había de ser ese libertador y sólo comenzó a revelarse después de la resurrección de
Cristo, al principio de la Era Cristiana o Edad Evangélica. Volviendo al tiempo en que
nuestros primeros padres perdieron la vida y su felicidad edénica, los contemplamos bajo
la justa penalidad del pecado, doblegados por el dolor y sin un rayo de esperanza , a no
ser el derivado por la incomprensible promesa de que la simiente de la mujer quebrantaría
la cabeza de la serpiente.
Aunque para nosotros a la luz de los acontecimientos
posteriores, tal promesa está llena de significado, para ellos fue tan solo una tenue e
incierta luz. Cerca de dos mil años transcurrieron sin la menor indicación de su
cumplimiento .
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Abraham y Isaac
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La Promesa a Abraham
Aproximadamente dos mil años después, Dios llamó a Abraham y le
prometió que en su simiente serian bendecidas todas las familias de la tierra. Esto
parecía indicar que Dios aún mantenía su propósito previamente expresado, y que estaba
a punto de llevarlo a cabo.
Pasó el tiempo: Abraham aún no se hallaba en posesión de la
prometida tierra de Canaán; tanto él como Sara, estaban envejeciéndose y no tenían
progenie. Abraham razonó que debía ayudar a Dios a cumplir su promesa, y, como
consecuencia, nació Ismael. Sin embargo, su ayuda era innecesaria puesto que a su debido
tiempo nació Isaac el hijo de la esperanza y de la promesa.
Aparentemente, el prometido gobernante y dispensador de bendiciones
para todos había llegado. Pero no; los años se deslizaron y bajo todas las apariencias
la promesa de Dios había fracasado puesto que Isaac murió y también su heredero Jacob.
A pesar de todo, algunos retuvieron su fe, la cual Dios reanimó,
porque "el Pacto que hizo con Abraham" lo corroboró por medio
de "su juramento a Isaac," y lo confirmó a Jacob y "a
Israel como Pacto eterno." 1 Cron. 16:16, 17 La esperanza retardada
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La Esclavitud
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Cuando a la muerte de Jacob, por vez
primera, a sus descendientes se les dio el nombre de LAS DOCE TRIBUS DE ISRAEL
y fueron reconocidos por Dios como un "pueblo escogido" (Gén.
49:28; Deut. 26:5), entonces, la expectativa de que esa nación en su totalidad y como la
prometida simiente de Abraham había de tomar posesión de Canaán, para gobernar y
bendecir al mundo, parecía hallarse en vísperas de cumplimiento puesto que bajo la
protección y favor de Egipto, y a su sombra estaban llegando a ser una nación fuerte.
Sin embargo , cuando los egipcios, después de dominarlos los tuvieron cautivos por un
largo período, se marchitó su esperanza, y la promesa se echó al olvido casi por
completo.
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Moisés
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Ciertamente que las promesas de Dios
se hallaban envueltas en el misterio, y sus caminos parecían casi incomprensibles.
No obstante , a su debido tiempo vino Moisés quién fue un gran libertador por cuya mano
, y obrando grandes milagros en su favor, Dios los sacó de su esclavitud. Sin haber
entrado a Canaán, este gran libertador murió:
"El Señor vuestro Dios levantará un profeta de entre vuestros hermanos,
semejante a mí."
( Deut. 18:15; Hech. 3:22)
Tal revelación permitió percibir algo más del plan de Dios,
demostrando que no tan solo la nación, en su totalidad, se hallaría asociada de alguna
manera con la futura tarea de bendecir y gobernar al mundo, sino que además, de entre
ellos, uno los conduciría a la victoria y al cumplimiento de la promesa.
Luego a Josué, cuyo nombre significa salvador o libertador, le
tocó ser su guía; con él a la cabeza alcanzaron algunas victorias, entrando por último
a la tierra prometida en el pacto. Indudablemente pareció entonces que había llegado el
esperado guía, y que la promesa estaba para cumplirse en su totalidad.
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El Rey David
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Pero Josué murió, y ellos como
nación muy poco adelantaron hasta que David, y luego Salomón fueron sus reyes. El cenit
de su gloria había llegado, mas muy en breve, en cambio de ver la promesa cumplida,
fueron despojados de su poder y hechos tributarios de otras naciones.
A pesar de todo, algunos persistían en creer la promesa de Dios y esperaban el gran
libertador de quien Josué, David y Salomón fueron tan sólo típicos.
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Simón y Jesus
La Pascua
Jesus y Tomás
Jesus y los Discípluos en el camino a Emaus
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Aproximadamente en los días en que
nació Jesús, todos se hallaban en expectativa del Mesías, el prometido rey de Israel, y
del mundo entero por conducto de esa nación. Sin embargo, sus
esperanzas de la gloria y el honor de su esperado rey, inspiradas por las profecías que
trataban de su grandeza y de su poder, los condujo a descuidarse de otro grupo de tipos y
de profecías que señalaban su obra de sufrimiento y de muerte como rescate por los
pecadores, enteramente indispensable antes de que pudiesen venir las bendiciones.
Esa obra de sufrimiento y de muerte se hallaba prefigurada
--En la Pascua antes de ser libertados de Egipto;
--En la degollación de los animales cuando se hizo el pacto de la ley (Heb. 9:11-20;
10:8-18), y
--en los sacrificios expiatorios llevados a cabo anualmente por los sacerdotes.
También pasaron por alto las palabras de los Profetas que
"de antemano daban testimonio de los padecimientos de Cristo y de la
gloria que los había de seguir." (1 Ped. 1:11)
Por lo tanto, cuando Jesús se presentó como sacrificio, no le
reconocieron: "no conocieron el tiempo de su visitación."
(Luc. 19:44) Hasta sus mismos seguidores quedaron perplejos cuando murió, y decían
tristemente:
"Esperábamos que El era el que había de redimir a Israel." (Luc.
24:21)
Aparentemente, su confianza en El había sido mal depositada. No se
daban cuenta de que la muerte de su guía era nada menos que una prenda o seguridad para
hacer factible el Nuevo Pacto bajo el cual los bendiciones habían de venir, siendo por
consiguiente un cumplimiento parcial de la pactada promesa.
Luego, cuando supieron que había sido levantado de la tumba, sus
marchitas esperanzas renacieron. (l Ped. l:3), y cuando estaba para dejarlos le
preguntaron acerca de lo que concernía a la esperanza por tanto tiempo anhelada y
dilatada; le dijeron:
"Señor, restituirás el reino de Israel en este tiempo?"
Que sus esperanzas en parte eran correctas, aun cuando no podían
saber en qué tiempo se cumplirían, se evidencia por la respuesta de nuestro Señor:
"No os toca saber los tiempos ni las sazones que el Padre ha guardado en
su misma potestad." Hech. l:6-7
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Pentecostés
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Después de la ascensión,
probablemente sus discípulos se preguntaban :¿qué dirección ha tomado el plan de Dios?
.Debemos recordar que las enseñanzas del Señor concernientes al Reino, en su mayor parte
fueron presentadas en parábolas y dichos oscuros; por lo tanto, ellos no podían entender
las cosas claramente. Él les había dicho:
"Aún tengo muchas cosas que deciros, pero no podéis sufrirlas ahora.
Empero, cuando viniere aquél, el Espíritu de verdad, él os guiará, a toda
verdad."
"Os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he
dicho." (Jn. 16:12-13; 14:26).
De manera que muy poco podían entender antes de que viniese la
bendición del Pentecostés.
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Predicando a los gentiles
"Un pueblo para su nombre"
--Una esposa para su Hijo
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Se comienza a
revelar el misterio
Aún entonces, mucho tiempo pasó antes de que alcanzaran un
entendimiento claro y pleno de la obra en desarrollo y de su relación con el pacto
original. (Hech. 11:9; Gál. 2:2, 12, 14)
Sin embargo, antes de comprender las cosas plena y claramente,
hablaron inspirados por Dios, y sus palabras inspiradas, con toda probabilidad fueron
expresiones de verdad más claras y profundas que lo por ellos mismos entendido.
Para comprobar lo anterior, solamente tenemos que leer el discurso
de Santiago cuando dice:
"Simón ha referido cómo por primera vez Dios visitó a los gentiles para
tomar de entre ellos un pueblo para su nombre (una esposa para su Hijo).
"Y con esto concuerdan las palabras de los Profetas, como está escrito:
Después de esto (después de que fuere tomado este pueblo de entre los gentiles),
volveré y restauraré el tabernáculo de David (el dominio terrestre)
que estaba caído, y reedificaré sus ruinas, y le volveré a levantar." Hech.
15:14-16
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¿Que
es el gran misterio oculto de Dios?
"Cristo" significa "Ungido"
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Al ser el Evangelio
enviado por medio de Pedro al primer converso gentil, y por medio de Pablo a los gentiles
en general, Santiago pudo percibir que en la providencia de Dios, los creyentes, tanto
judíos como gentiles, serian igualmente favorecidos.
Buscando en las profecías vio que esto estaba escrito,
y además, que cuando se completase lo obra de esta Edad Evangélica, entonces se
cumplirían las promesas hechas al Israel carnal. El misterio por tanto tiempo oculto
empezaba a vislumbrarse por unos pocos, los santos, los "amigos" especiales de
Dios.
El Apóstol Pablo ( Col. 1:27) declara que este
misterio que ha estado encubierto por edades y generaciones, pero que ahora ha sido
manifestado a los santos, es:
"Cristo en Vosotros,
La Esperanza De Gloria"
Este es el gran misterio de Dios que ha estado oculto en todas las
edades anteriores, y que todavía se ignora por todos, excepción hecha de una clase
especial compuesta de los santos o creyentes consagrados. Pero, ¿qué se da a entender
por "Cristo en vosotros"?
Nos hemos enterado de que Jesús fue ungido con el Espíritu
Santo (Hech. 10:38), y así lo reconocemos como el Cristo, -el ungido-puesto que la
palabra Cristo significa ungido.
El Apóstol Juan dice que la unción que nosotros
(los creyentes consagrados) hemos recibido, mora en nosotros. (1 Jn.
2:27)
De manera que los santos de la Edad Evangélica son una compañía
de ungidos (ungidos para ser sacerdotes y reyes de Dios-2 Cor. l:21; 1 Ped. 2:9) y junto
con Jesús, su Jefe y Señor, constituyen EL UNGIDO DE JEHOVA, o sea el Cristo.
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"El
Cristo "
...no es un miembro sino muchos.
1 Co. 12:14 |
En armonía con las enseñanzas de
Juan con respecto a que también somos ungidos, Pablo asegura que este
misterio, guardado en secreto en las edades pasadas, pero el cual ahora es conocido por
los santos, es el hecho de que el Cristo (el ungido) "no es un miembro sino
muchos"; de la manera que el cuerpo humano es uno pero tiene muchos
miembros, y sin embargo todos los miembros componen un solo cuerpo, así mismo es el
Ungido, el Cristo. ( 1 Cor. 12:12-28) Jesús estaba ungido como la
Cabeza o Señor sobre la Iglesia que es su cuerpo (o su esposa, como se expresa en otra
figura
Efe. 5:25-30), y unidos forman la "Simiente" prometida o
sea el Gran Libertador.
"Si vosotros sois de Cristo, entonces la simiente de Abraham sois, y
herederos conforme a la promesa." Gál. 3:29
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"Yo soy la vid, vosotros los sarmientos."
Juan 15:5
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El mismo apóstol guarda a la Iglesia
cuidadosamente en contra de toda clase de presuntuosas pretensiones diciendo de Jesús que
"Dios sujetó todas las cosas debajo de sus pies y lo puso por cabeza
sobre todas las cosas con respecto a su Iglesia, que es su cuerpo,"
"para que en todas las cosas El tenga la preeminencia."
(Efe. l:22; Col. 1:18)
No obstante, y bajo la figura de un cuerpo humano, él también, de
una manera muy hermosa y convincente señala nuestra íntima relación. Esta misma unidad
la enseña Jesús diciendo:
"Yo soy la vid, vosotros los sarmientos." Jn. 15:5
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La piedra angular es una pirámide perfecta.
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La figura de una Pirámide
La figura de una pirámide bellamente ilustra nuestra unidad con el
Señor como miembros del Cristo, la compañía de ungidos.
La "piedra angular" en si misma es una pirámide perfecta.
Debajo de ella se pueden colocar otras piedras y si están en armonía con sus líneas
características, el todo constituirá una perfecta Pirámide.
¡Cuán hermosamente ilustra esto nuestra posición como miembros de
"la Simiente" o "el Cristo"! Como piedras vivas, si nos encontramos
unidos a la Cabeza y en perfecta armonía con ella, seremos perfectos; separados de El,
nada somos.
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La piedra angular ,
elegida y preciosa
Jesús, el perfecto, ha sido soberanamente exaltado, y ahora, con el
objeto de ser modelados y conformados de acuerdo con su ejemplo, nos presentamos ante él
para ser edificados como un edificio de Dios. En un edificio común y corriente no hay
necesidad de una piedra angular principal, mas en éste sí se requiere una para ser
colocada en su parte superior, como "la cabeza de esquina,"
conforme a lo escrito:
"He aquí yo pongo en Sión una piedra angular principal, elegida,
preciosa,"
"A la cual allegándoos como a una piedra viva... vosotros también como
piedras vivas sois edificados en un templo espiritual para que seáis un sacerdocio santo,
a fin de ofrecer sacrificios aceptos a Dios por medio de Jesucristo (1 Ped. 2:4-6)
Abrigamos la esperanza de que muy pronto será completada la unión
entre Jesús, "la Cabeza," y la Iglesia que es su "cuerpo."
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"Humíllense"
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Y bajo la dirección del Gran
Constructor, muchos serán los golpes que para pulirnos tendremos que sufrir; muchas
serán las transformaciones que han de llevarse a cabo en nosotros, y una gran cantidad de
semejanza al modelo será la que tendremos que desarrollar. Con el
objeto de que la habilidad y la grandeza de concepción del edificador pueda demostrarse
en nosotros, debemos cerciorarnos de que no existe en nuestro ser una voluntad contraria
que pueda oponerse a la suya para estorbar el cumplimiento de ella; debemos ser humildes y
tener la disposición de un niño, estando "revestidos de humildad... porque
Dios resiste a los soberbios mas da gracia a los humildes."
Por tanto, humillémonos "bajo la poderosa mano de
Dios" para que El nos ensalce a su debido tiempo, de la manera que exaltó a
nuestro Precursor y Cabeza.- 1 Ped. 5:5, 6; Fil. 2:8, 9
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Este es verdaderamente un maravilloso
mensaje, y al acudir a la Palabra de Dios para inquirir lo concerniente a nuestra llamada
celestial, hallamos que todos los Profetas en elocuentes términos proclaman la gracia (el
favor o la bendición) que estaba reservada para nosotros (l Ped. 1:10) .
Además, los tipos, las parábolas y los mismos dichos oscuros, siendo ahora luminosos,
derraman su luz sobre "el camino angosto" en que la compañía
de ungidos (el Cristo) corre hacia el premio que ahora ya podemos discernir.
El hecho de que Dios intenta levantar no tan solo un libertador,
sino uno compuesto de muchos miembros, era en verdad un misterio nunca imaginado. Esta es
la llamada o "Vocación Celestial" a la que los creyentes
consagrados de la Edad Evangélica tienen el privilegio de aspirar.
Jesús no quiso revelar el misterio a sus discípulos mientras
fueron hombres naturales, sino que esperó hasta que en el día del Pentecostés fueron
ungidos o engendrados a la naturaleza nueva.
De la explicación que da San Pablo, deducimos que únicamente las "nuevas
criaturas" pueden apreciar o comprender ese llamamiento. Sus palabras son:
"Hablamos la sabiduría de Dios, en Misterio, es decir, la sabiduría que
ha estado encubierta, la cual preordenó Dios antes de los siglos, para gloria nuestra; la
cual no ha conocido ninguno de los príncipes (principales) de este
mundo...
"Como está escrito: ¡ Cosas que ojo no vio ni oido oyó y que jamás
entraron en el pensamiento humano,
"Las cosas grandes que ha preparado Dios para los que le aman!
"Empero a nosotros Dios las ha revelado por medio de su Espíritu."
1 Cor. 2:6-14
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El
Cristo (Cabeza y Cuerpo) es el "simiente de Abraham" que va a bendecir todas las
familias del mundo. |
El Apóstol Pablo en su epístola a
los Gálatas expone el misterio en todos sus detalles y señala cómo se ha de cumplir el
Pacto Abrahámico. El demuestra que la Ley dada a Israel no afectaba
en nada el Pacto original (Gál. 3:15-18), y que el Cristo (versículo 16) será la
simiente de Abraham que bendecirá a todas las familias de la tierra. Luego, llevando
adelante el punto aludido de que el Cristo está compuesto de todos los ungidos del
Espíritu, añade: |
"Porque todos los que habéis sido
bautizados en Cristo de Cristo estáis revestidos... y si sois de Cristo, entonces (junto
con Jesús) la simiente de Abraham sois, y herederos conforme a la promesa"
(versículos 27, 29)
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¿Por
que fue necesario que al misterio permanece oculto?
"He aqur el Hombre"
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Continuando por
la misma línea de razonamientos, muestra (Gál. 4) que Abraham fue típico de Jehová;
que Sara lo fue del concierto o promesa, y que Isaac tipificó el Cristo (cabeza y cuerpo)
; por último agrega:
"Así que hermanos, nosotros, como Isaac, somos
hijos de la promesa." (versículo 28)
De tal manera el plan de Dios estuvo
encubierto en tipos hasta que la Edad Evangélica dio comienzo al desarrollo del Cristo.
Ha existido una necesidad de mantener ese misterio oculto, puesto
que de no ser así, no se hubiera guardado en secreto. Se hizo necesario por la sencilla
razón de que al revelarlo se hubieran frustrado sus fines.
De haber reconocido como tal al Señor de la gloria, no le hubieran
crucificado, ni hubieran perseguido a la Iglesia que es su cuerpo.
( 1Cor. 2:8)
Al no haberse guardado oculto para el mundo el plan de Dios, no tan
solo la muerte de Cristo como precio de la redención humana habría sido estorbada, sino
que además habría impedido las pruebas de fe a la Iglesia como partícipe de los
sufrimientos de Cristo;
"si el mundo no nos conoce (como coherederos con Cristo)
es por la misma razón que a El no le conocieron." 1 Jn. 3:l
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"El
Christo" el Misterio
No tan solo el plan de Dios, y el Cristo, que es la personificación
de ese plan, constituyen un misterio para el mundo, sino que además, la conducta peculiar
que a este pequeño rebaño se le invita a seguir, distingue a sus miembros como "un
pueblo peculiar."
El que una persona de tanta habilidad como la poseída por Jesús de
Nazaret, en vez de dedicar su atención a la política o a las leyes, al comercio o a la
religión popular, en donde hubiera alcanzado admiración y respeto, dedicase su tiempo y
su talento de la manera que lo hizo, fue en verdad un misterio para el mundo.
Bajo el punto de vista humano, Él gastó inútilmente su vida, y
hasta decían de Él: "demonio tiene y está loco." No pudieron
comprenderlo; su vida y sus enseñanzas fueron un misterio para ellos.
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Pablo ante Agripa |
También
los Apóstoles y los que a éstos seguían fueron hombres misteriosos para el mundo; la
gente se abismaba de que hubieran abandonado sus propios intereses y demás cosas para
predicar el perdón de los pecados por medio de la muerte del despreciado y crucificado
Nazareno. Pablo renunció a una posición elevada y a su influencia
social para en cambio trabajar con sus propias manos, con tal de poder predicar a Cristo y
la corona invisible prometida a todos los creyentes que anduvieren en sus huellas. Su
proceder fue tan misterioso que algunos le dijeron:
"Estás loco Pablo, las muchas letras te vuelven loco."
Y como Pablo, todos los que siguen las huellas del Maestro son
contados entre los insensatos a causa de Cristo.
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El
Plan de Dios no ha de estar siempre velado en el misterio.
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Vemos no obstante que el plan de Dios no ha de estar siempre velado en el misterio; no, la
aurora del Día milenario trae luz plena de parte de Dios a los hombres, y muy en breve
"El conocimiento de Dios llenará toda la tierra."
El Sol de Justicia que ha de levantarse trayendo salud
eterna en sus alas y que ha de disipar todas las tinieblas, es el Cristo en gloria
milenaria, compuesto no solamente por la cabeza sino también, por todos los miembros de
su cuerpo, porque escrito está:
"Si sufrimos con El, seremos juntamente glorificados."
"Cuando Cristo, el cual es nuestra vida, sea manifestado,
entonces nosotros seremos manifestados todos juntamente con él en gloria" y
"Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino
de su Padre. " Rom. 8:17; 2 Tim. 2:11, 12; Col. 3:4; Mat. 13:43
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Dios derramará
"su espiritu sobre toda carne...."
Joel 2:28
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A
su debido tiempo
será manifestado a todos
Ahora a todos, exceptuando unos pocos que al recibir "la
mente de Cristo," han sido engendrados a una mente nueva, las promesas que
creemos y las esperanzas que alimentamos parecen poco menos que quimeras, demasiado
improbables para merecer el darles crédito o para proceder conforme a ellas.
Cuando en la próxima edad Dios derrame "su espíritu
sobre toda carne" de la manera que en el tiempo presente lo derrama sobre "sus
siervos y siervas," entonces todos comprenderán y apreciarán las promesas
que ahora son comprendidas por "el pequeño rebaño"; también
se regocijarán a causa de la obediencia de la Iglesia y de su exaltación; su alegría la
expresarán diciendo:
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"Gocémonos
y alegrémonos y démosle gloria, porque son venidas las bodas del Cordero, y su esposa se
ha preparado." (Apoc. 19:7) |
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Se han de
alegrar por la glorificación de la Iglesia, puesto que por medio de ésta han de ser
derramadas las bendiciones en reserva para ello; a pesar de que se darán cuenta de que "las
grandes y preciosas promesas" heredadas por el Ungido (la Cabeza y el
cuerpo) no les pertenecen, sino que ya se habrán cumplido en éstos, no obstante, la
lección ilustrada en la Iglesia ha de redundar en una bendición para aquéllos.
El conocimiento que tengan de esas promesas no ha de causarles
envidia, puesto que la llamada a la naturaleza humana perfecta que bajo ese nuevo orden de
cosas estará a su alcance, ha de colmar sus anhelos y les será preferible a un cambio de
naturaleza.
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Cuando
terminará el Misterio
Para ese tiempo, el "misterio" habrá
terminado puesto que el mundo se dará cuenta de que era el Espíritu de Dios en Cristo, y
el Espíritu de Cristo en nosotros- Dios manifestado en la carne-lo que hasta entonces no
habían logrado entender. Al llegar ese tiempo, se darán cuenta de que al correr por las
riquezas, los honores y la corona, para ellos invisibles pero seguros y eternos, no
estabamos locos ni fuimos insensatos, sino que escogimos la mejor parte.
En lo que a tiempo se refiere, el misterio de Dios finalizará
durante el período de la séptima (simbólica) trompeta. (Apoc. 10:7)
Esto se aplica al misterio en los dos sentidos en que se usa la
expresión: el misterio (los rasgos secretos del plan de Dios), será
conocido y discernible; también lo será "el misterio de Dios,"
la Iglesia, la personificación de ese plan. Ambos habrán terminado para ese entonces.
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EI
plan secreto y encubierto habrá logrado conseguir el número suficiente y completo de
miembros del cuerpo de Cristo, y por lo tanto, el CUERPO DE CRISTO habrá
sido completado. El mismo plan dejará de ser un misterio porque no
habrá objeto alguno en perpetuar su secreto.
La grandeza del misterio por tanto tiempo guardado y oculto en
promesa, tipos y figuras, y el excesivo favor otorgado a los llamados a participar en la
administración del tal (Efe. 3:9), nos hace deducir que la obra que a continuación ha de
emprenderse, y por la cual por seis mil años Jehová a mantenido a la humanidad en
esperanza y expectativa, debe ser una obra colosal, una obra digna de semejantes
preparativos. |
¡Cuánto
gozo no hemos de esperar para el mundo cuando al apartarse el velo del misterio, descienda
sobre ellos una lluvia de bendiciones! En espera de que el misterio se complete es que la
creación entera gime bajo el peso del dolor y está en ardiente expectativa. ¡Esperan la
manifestación de los hijos de Dios, la prometida simiente por medio de la cual todos
serán bendecidos! Rom. 8:19, 21, 22 |
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