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LA EXISTENCIA
DE UN SUPREMO
E INTELIGENTE
CREADOR
ESTABLECIDA |
--La evidencia fuera de la Biblia,
examinada a la luz de la razón
--Una teoría insostenible
--Una teoría razonable
--El carácter de Dios demostrado
--Deducciones lógicas
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La nebulosa Orión
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LA INDAGACIÓN razonable y sincera de lo
desconocido a la luz de lo conocido, aún desde el punto de vista del escéptico, llevará
hacia la verdad al razonador inteligente y libre de prejuicios. A
pesar de todo, es evidente que sin una revelación directa acerca de los planes y
propósitos divinos, los hombres tan sólo podrían aproximarse a la verdad, llegando a
conclusiones indefinidas. No obstante, hagamos a un lado la Biblia por un momento, y
escudriñemos las cosas bajo el punto de vista de sólo la razón.
Quien a simple vista o con un telescopio dirigiere su mirada al
firmamento para en él contemplar la inmensidad de la creación, su simetría, belleza,
orden y diversidad, y con todo dudaRa aún que el Creador de todo esto es infinitamente
superior tanto en sabiduría como en poder, o quien siquiera por un momento supusiera que
todo esto se debe a la casualidad, una de dos: o ha perdido la facultad de razonar, o la
desconoce hasta el grado de, según la opinión de la Biblia, ser considerado como un
insensato, esto es, el que no tiene raciocinio, o el que no hace uso de él.
"Dijo el insensato en su corazón: No hay Dios."
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Los efectos deben ser producidos por causas competentes.
La construcción intricada, su forma y tejido infinitamente bellos, cada habla de una sabiduría y habilidad superiores a las humanas.
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De todas maneras, y como debe
convenir toda persona de inteligencia y raciocinio, sea como sea esa parte de la Biblia es
verídica, puesto que es una verdad indiscutible que los efectos deben ser producidos por
causas competentes. Sin ir muy lejos, vemos que cada planta y cada flor presenta
volúmenes de testimonio sobre el asunto. Su intrincada
construcción, su forma y tejido tan infinitamente bellos, todo esto habla de una
sabiduría y habilidad superiores a las humanas.
¡Cuán corto de vista es el individuo que se jacta de poseer
talento e ingenio, y que no obstante admite el absurdo de atribuir a la casualidad
solamente lo regular, uniforme y armonioso de la naturaleza; que reconoce las leyes de
ésta al mismo tiempo que niega la existencia del Autor de dichas leyes!
Una teoría insostenible.
Algunos de los que niegan la existencia de un inteligente Creador,
alegan que la naturaleza es el único Dios, y que de ella proceden todos los desarrollos
de forma animal y vegetal, por medio de un proceso de evolución sin ser ordenado por la
inteligencia, sino, según ellos dicen, gobernado por "la ley de la supervivencia del
mas apto." |
¿Carece de pruebas la teoría de
evolución?
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Semejante teoría carece de
pruebas, porque mirando a nuestro alrededor nos damos cuenta de que toda criatura es de
una naturaleza fija que no evoluciona a una más elevada, y aun cuando los que sostienen
esa teoría han hecho repetidos esfuerzos, nunca han logrado mezclar diferentes especies
ni producir una nueva variedad fija. No se puede presentar un solo
ejemplo de que una clase haya sido cambiada en Otra.(en beneficio de algunos lectores
diremos que cambios tales como la transformación de las orugas en mariposas, no son
cambios de naturaleza; la oruga es la larva empollada del huevo de la mariposa).
Aunque hay peces que pueden servirse de sus aletas para volar un
momento fuera del agua, y ranas que cantan, no se ha sabido que se hayan convertido en
pájaros; y a pesar de que entre los brutos algunos tienen un leve parecido al hombre,
falta totalmente la evidencia de que el hombre haya evolucionado de tales criaturas.
Al contrario, las investigaciones prueban que si bien se pueden
producir, diferentes variedades de la misma especie, es imposible confundir las especies o
hacer que la una evolucione de la otra. Por la misma razón aun cuando el asno y el
caballo se parecen, no podemos decir que son de la misma familia, puesto que es bien
sabido que el producto de su cruzamiento es imperfecto y no puede propagar ninguna de las
dos especies. |
"...Y toda ave alada según su especie. Y vió Dios que
estaba bien."
Génesis 1:21
¿Está la teoría de evolución un hecho hoy?
"Hizo, pues, Dios las
bestias salvajes según su especie, y los animales domésticos según su especie, y
todo reptil de la tierra según su especie. Y vió Dios que estaba bien."
Génesis 1:25 |
Seguramente que sí una
naturaleza desprovista de inteligencia fuera la potencia creadora o evolutiva, el proceso
seria continuo y no habría tal cosa de especies fijas, pues sin inteligencia para dirigir
nada llegaría a tener condiciones fijas. La evolución seria hoy un hecho, y
contemplaríamos a los peces convirtiéndose en pájaros y a los monos en hombres.
Si semejante teoría pretende que seres inteligentes fueron creados por un poder privado
de inteligencia, llegamos a la conclusión de que es tan contraria a la razón humana como
a la Biblia.
Una teoría razonable Una teoría que presenta la creación
(exceptuando al hombre) como por medio de un proceso de evolución, y a la que no le vemos
serias objeciones, en sustancia, es como sigue: Da por sentado que las diferentes especies
presentes son fijas e inalterables en lo que respecta a su naturaleza y a su clase, y que
aun cuando la naturaleza presente puede ser desarrollada a un grado más elevado, hasta la
perfección, las especies o naturalezas serán siempre las mismas.
Asume que ninguna de las especies fijas , fueron creadas de tal
manera, sino que en tiempos remotos se desarrollaron de la tierra, y por medio de un
proceso gradual de evolución fueron cambiándose de una en otra forma Estas evoluciones,
bajo las leyes divinamente establecidas y en las cuales los cambios de alimento y de clima
jugaron una parte importante, continuaron en progreso hasta que se formaron las especies
fijas que hoy vemos, más allá de las cuales es imposible un cambio, puesto que , según
todas las apariencias, se ha alcanzado el propósito final del Creador en éste respecto.
Aún cuando cada una de las diferentes familias de plantas y de
animales están en condiciones de mejorar o de degenerar, ninguna es susceptible de
cambio, ni puede producir otras familias o clases.
Cierto es que cada una de ellas puede alcanzar la perfección de su propia
naturaleza fija, pero después de que el designio divino en cuanto a su naturaleza se haya
cumplido, otros cambios en este respecto son imposibles.
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Tras
el mecanismo intricado de la naturaleza, se encuentra la mano de su gran Autor, el sabio y
omnipotente Dios.
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Se dice que las plantas y los
animales originales, de los que se desprenden las presentes variedades fijas fueron
extinguidos desde antes de la creación del hombre. Algunos esqueletos y fósiles de
animales ya desaparecidos, que se han encontrado debajo de la corteza terrestre, favorecen
tal idea. Esta teoría no hace a un lado ni rechaza lo que enseña
la Biblia con respecto a la creación del hombre que , según ésta fue directa y
perfecta, a la imagen mental y moral de su Hacedor, no siendo desarrollada por medio del
proceso de evolución probablemente común a los demás seres de la creación. El punto de
vista anterior no invalida, sino más bien corrobora, la afirmación de la Biblia al
efecto de que la Naturaleza, tal cual hoy existe, ha sido ordenada por un Ser inteligente,
quien fue su primera causa.
Es justo y propio que la razón humana haga sus mejores esfuerzos
con el objeto de trazar los hechos conocidos a causas razonables y competentes. En todo
caso dando debido crédito a las leyes de la naturaleza, pero jamás olvidando que tras el
mecanismo intrincado de ésta, se encuentra la mano de su gran Autor, el sabio y
omnipotente Dios. |
Dios es el Inventor y Creador de la
naturaleza.
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El
carácter de Dios demostrado Pretendemos que la existencia de un Creador , inteligente es
una verdad largamente demostrada; las pruebas se encuentran a nuestro alrededor, y aun
dentro de nosotros mismos; somos su obra maestra en la que cada facultad mental y física
nos habIa de una sorprendente habilidad que excede en mucho a nuestra capacidad de
comprender. Ese Ser es también el Inventor y Creador de lo que llamamos naturaleza.
Afirmamos que El ordenó y estableció las leyes de la naturaleza, cuya armonía y orden
de operación , al contemplarlas, no podemos menos de admirar. Al Ser cuya sabiduría
forjó el Universo y cuyo poder lo sostiene y guía, cuya sabiduría y poder
inconmensurablemente exceden a los nuestros, a ese Ser, instintivamente honramos y
adoramos.
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La más grandiosa creación no puede aventejar a su Creador.
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Si no lo viéramos poseído
de benevolencia y de bondad correspondientes a su poder, al darnos cuenta de la existencia
de semejante Dios, su omnipotencia podría amedrantarnos. Que El posee esas cualidades, se
pone de manifiesto por las mismas evidencias demostrativas de su existencia, poder y
sabiduría. No solo nos vemos forzados a llegar a la conclusión de
que sí existe un Dios, y que en grado sumo su poder y sabiduría superan a los nuestros,
sino además, y ejercitando el raciocinio, debemos admitir que la más grandiosa creación
no puede aventajar a su Creador; de esto inferimos que la mayor manifestación de
benevolencia y justicia por parte del hombre es inferior a la del Creador, de igual manera
que lo es su sabiduría y poder.
Ahora pues, tenemos ante nuestra visión mental el carácter y los
atributos del gran Creador: El es sabio y justo, amante y poderoso, y no cabe duda que en
cuanto a magnitud, sus atributos todos sobrepujan a los de su admirable creación. |
¿Que es de espersarse de semejante Sér?
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Deducciones
lógicas.
Habiendo llegado a la conclusión razonable relativa a la existencia
y al carácter de nuestro Creador, preguntamos: ¿Qué es de esperarse de semejante Ser?
Se nos ocurre la respuesta de que la y posesión, de tales atributos necesariamente
implica su ejercicio, su uso.
El poder divino debe ponerse en acción, y esto, naturalmente en
armonía con su propia naturaleza: de una manera sabia, justa y benévola. Como quiera que
actúe el poder de Dios, los resultados finales serán compatibles con su naturaleza y
carácter, y cada uno de sus pasos será aprobado por su infinita sabiduría.
¿Puede concebirse un ejercicio más razonable de poder que el
manifestado en la creación de innumerables mundos a nuestro alrededor y en la maravillosa
variedad de a tierra?
¿Qué podría ser más razonable que la creación del hombre, un
ser dotado de raciocinio y juicio, competente para apreciar las obras de su Creador y de
juzgar su habilidad, su sabiduría, su poder y su amor? Todo esto es muy razonable y en
perfecto acuerdo con hechos conocidos por nosotros. |
El cenit de la creación terreno de Dios es
la raza humana, a quien se revela Sus Planes. |
Y ahora viene nuestra
proposición final:¿No es razonable suponer que ese Ser, infinitamente sabio y bueno,
habiendo hecho una criatura capaz de comprenderle y apreciar su plan, movido por su amor y
su justicia, satisfaciera los anhelos de esa criatura dándole alguna REVELACIÓN?
¿No sería razonable el suponer que Dios daría al hombre
alguna información concerniente al objeto de su existencia y de los planes para su
futuro? .Por el contrario, ¿no sería irrazonable suponer que ese Creador después de
formar criaturas tales como el hombre, dotándolo de la facultad de razonar, y deseoso de
indagar el porvenir, se abstuviese de hacerle revelación alguna con respecto a sus
planes, calmando así sus anhelos?
Tal conducta sería irrazonable por no hallarse de acuerdo con el
carácter que fundadamente atribuimos a Dios; seria contraria al proceder de un Ser que se
gobierna por la justicia y el amor.
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"¿Qué es el hombre para que Tú lo
recuerdes, o el hijo del hombre para que te ocupes de él?"
Los Salmos 8:4 |
Podemos razonar que si la
Divina Sabiduría, al crear al hombre, hubiese considerado inadecuado el concederle algún
conocimiento con respecto a su futuro destino y a su parte en los planes de su Creador, de
seguro la Justicia y el Amor Divinos hubieran insistido en que las capacidades de ese ser
fueran tan limitadas como lo necesario para que no estuviese continuamente perplejo
atormentado con sus dudas, sus temores e ignorancia. En tal caso, el
Poder Divino habría efectuado la creación del hombre bajo tales limitaciones. El hecho
de que el hombre es competente para apreciar una. revelación de los planes de Dios,
tomado en conjunto con el carácter que atribuimos Aí Creador, es una suficiente
razón para que Dios concediera esa revelación, al tiempo y de loa manera que su
sabiduría lo sancionara.
En consideración a lo anterior, si ignorásemos la existencia
de la Biblia, el sentido común nos conduciría a esperar y a estar listos para recibir
una revelación cual ésta pretende ser.
Además, al notar el orden y la armonía de la creación en general,
como se manifiesta en la gran procesión de esferas y sistemas planetarios, todos
guardando tiempo y lugar, no podemos menos de inferir que las menores irregularidades,
tales como terremotos, ciclones, etc., son solamente indicaciones de que la operación
común de los diferentes elementos en este planeta aún no ha llegado a su estado de
perfección.
La seguridad de que todo llegará a ser perfecto y armonioso, tanto
en la tierra como en el cielo, junto con la explicación del porqué no lo es así
actualmente, no son cosas irrazonables para que el hombre las pida ni para que las conceda
el Creador, cuya sabiduría, poder y benevolencia se han demostrado. Por tanto, debemos
esperar que la revelación buscada contenga esta seguridad y explicación. |
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Habiendo ya establecido, lo
razonable que es el esperar una revelación de la voluntad y plan divinos en lo que
respecta a nuestra raza, en el estudio siguiente examinaremos el carácter general de la
Biblia, la que pretende ser esa revelación. Si allí se presenta el
carácter de Dios en armonía perfecta con el dictamen del raciocinio, de acuerdo con lo
anteriormente considerado, llegaremos a la conclusión de que ella misma habrá probado
ser la revelación que se necesita y espera, y aceptaremos su testimonio como tal.
Si sus enseñanzas proceden de Dios, al entenderlas plenamente hemos
de encontrarlas en completo acuerdo con su Carácter, el cual la razón nos asegura que es
perfecto en sabiduría, justicia, amor y poder. |
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