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Nuestro deber
hacia
la Verdad.
Su Costo.
Su Valor.
Su Provecho


 

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"...y se deja ver sobre ti su gloria."
Isa. 60:2

 

    En los capítulos precedentes hemos visto que tanto la luz de la naturaleza como la de la revelación, demuestran claramente el hecho de que un Dios sabio, justo y todopoderoso, es el Creador de todas las cosas, y que El es el Señor supremo y legítimo de todo, que tanto los seres animados como las cosas inanimadas están sujetas a su poder, y que la Biblia es la revelación de su carácter y de sus planes hasta el grado que El se ha complacido en manifestárnoslos.

    En ella hemos sido informados de que a pesar de predominar ahora el mal entre algunas de sus criaturas, tan sólo existe por un tiempo limitado, hasta cierto punto con permiso suyo, y a causa de sabios propósitos que El tiene en perspectiva. Nos hemos dado cuenta también de que a pesar de estar ahora la tierra cubierta de tinieblas y de densas tinieblas las naciones, a su debido tiempo la luz de Dios disipará toda oscuridad, y la tierra entera será llena de su gloria.    

    Hemos visto que este gran plan, para alcanzar el estado de progreso en que se encuentra, ha requerido varias edades, y que aún se necesita otra edad para su completación; que durante todas las edades pasadas, cuando parecía que Dios se había olvidado de sus criaturas, el plan para su bendición futura se estaba llevando a cabo silenciosa pero grandiosamente, aun cuando, con un fin sepientísimo, los misterios de su plan fueron ocultados a los hombres durante esas edades.

 

El gran plan de Dios para su cumplimiento-- ofra edad se requiere para cumplirlo.

 

    También hemos visto que el día o edad que está para amanecer sobre todos, va a ser el día de juicio o prueba para el mundo, y que toda preparación previa ha sido con el propósito de dar a la humanidad en general una oportunidad tan favorable como sea posible, cuando individualmente sean sometidos a prueba por la vida eterna.

    El largo periodo de seis mil años- ha multiplicado la raza en gran manera, y sus penas y sufrimientos, bajo el dominio del mal, les ha proporcionado una valiosa experiencia que podrán utilizar cuando sean puestos a juicio. A pesar de que a la raza en general se le ha permitido sufrir de esta manera durante seis mil años, sin embargo, cada cual ha curtido su carrera en un corto espacio de tiempo

 

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Aunque parece que Dios ha olvidado sus criaturas, su plan para su bendición en el futuro habia sido cumpliendose silenciamente y grandemente.

    Hemos visto que mientras la raza sufría esta disciplina necesaria’ a su debido tiempo Dios mandó a su Hijo para redimirla; y que mientras la gran mayoría de la humanidad no reconoció al Redentor en su humillación, y no quisieron creer que el Ungido del Señor había venido de tal manera a librarla, no obstante, de entre aquellos cuyos corazones estaban inclinados hacia Dios y que creían en sus promesas, El ha estado escogiendo durante esas edades pasadas dos clases que han de recibir los honores de su reino el honor de tomar parte en la ejecución del plan divino.

    Hemos visto ya que estas dos compañías selectas constituirán las dos fases del Reino de Dios. Y por medio de los Profetas nos enteramos de que este reino pronto será establecido sobre la tierra; que bajo su sabia y justa administración serán bendecidas todas las familias de la tierra con una oportunidad favorable para que prueben ser dignos de la vida eterna.

    Que como resultado de su redención por medio de la preciosa sangre de Cristo, se levantará una calzada de santidad para que por ella puedan ir los rescatados del Señor (toda. la humanidad- Heb. 2:9), que esta calzada será un camino público, y, comparativamente, de fácil acceso para todos los que ardientemente deseen revestirse de pureza y santidad; y por último, que las asechanzas, las seducciones y los lazos serán removidos y que los caminantes en esa calzada serán benedecidos y alcanzarán la perfección y la vida eterna.

 

ThroneYel.jpg (6797 bytes)     Es evidente que este juicio o gobierno no comenzara sino hasta que Cristo, quien ha sido nombrado por Jehavá para ser el Juez o Gobernante del mundo, haya venido la segunda vez, -no en estado de humillación, sino con gran poder y gloria; no para redimir nuevamente al mundo, sino para juzgarlo (gobernarlo) en justicia.

    Aun cuando de antemano puedan hacerse muchos preparativos para ello, a un proceso no puede dársele comienzo hasta que el juez esté presente y la corte en sesión a la hora señalada.

    Entonces el Rey se sentará sobre el trono de su gloria, y ante El se reunirán todas las naciones, y El los juzgará durante esa edad por sus obras, abriendo ante ellos los libros (de la Biblia) y llenando la tierra con el conocimiento de Jehová. Por medio de la conducta que observen bajo toda esa gracia y ayuda, El decidirá quiénes son dignos de la vida eterna en las edades de dicha y alegría que vendrán a continuación. Mat. 25:31; Apoc. 20:11-13

 

Undiá feliz será para el mundo cuanda la Iglesia vendrá a ser la Esposa del Cordero.

 

 

"No habrá daño ni destrucción en todo mi santo monte; porque la tierra estará llena del conocimiento de Yahvé, como las aguas cubren el mar."
Isa. 11:9

    Así, hemos visto que la segunda venida del Mesías para establecer su reino sobre la tierra es un acontecimiento en el cual todos pueden tener esperanza; es un suceso que al comprenderse claramente, llenará todos los corazones de gozo y alegría.

    Es el día de regocijo para "el pequeño rebaño" de santos consagrados. Es el gran día cuando llena de gozo, la virgen desposada, la Iglesia, vendrá a ser la Esposa del Cordero; cuando ella, apoyándose en el brazo de su Amado, saldrá de su condición solitaria e irá a tomar posesión de su gloriosa herencia.

    Es el día cuando la verdadera Iglesia glorificada con su Cabeza, será investida de poder y autoridad divinos, y empezará la grandiosa obra en beneficio del mundo, cuyo resultado será la completa restauración de todas las cosas.

    Y también para la pobre humanidad será un día de regocijo, en el cual su gran adversario será atado; cuando , serán rotas las ligaduras que por seis mil años los han mantenido prisioneros, y cuando el conocimiento de Jehová, llenará toda la tierra como las aguas cubren la mar.

 

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"Mas cuando estas cosas comiencen a ocurrir, erguíos y levantad la cabeza, porque vuestra redunción se acerca."
Luc. 21:28

 

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    El conocimiento de estas cosas, y la certeza de que están muy cercanas, a la misma puerta, debería ejercer una  influencia poderosa sobre todos, especialmente sobre los hijos consagrados de Dios, que buscan el premio de la naturaleza divina.

    A éstos, mientras levantan sus cabezas y se regocijan al saber que su redención se acerca, amonestamos para que pongan a un lado todo poso e impedimiento, y que corran con paciencia la carrera comenzada, olvidándose de sí mismos y de sus debilidades e imperfecciones, sabiendo que todas ellas por completo están cubiertas con los méritos del rescate dado por Cristo Jesús nuestro Señor, y sabiendo que sus sacrificios y actos de abnegación son gratos a Dios, solamente por medio de nuestro Señor y Redentor. Recordemos que la fortaleza necesaria que Dios nos ha prometido y por medio de la cual podremos llegar a ser "vencedores" está provista en su Palabra.

    Es una fortaleza que se deriva del conocimiento de su carácter y de sus planes, y de las condiciones que tenemos que llenar para participar en ellos. Pedro lo expresa diciendo:

"¡Gracia y paz os sean multiplicadas en el conocimiento de Dios y de Jesús nuestro Señor! así como su divino poder nos ha dado todas las cosas pertenecientes a la vida y a la piedad por medio del conocimiento de Aquel que nos ha llamado en virtud de su gloria y poder; a causa de las cuales nos han sido dadas muy grandes y preciosas promesas para que POR MEDIO DE ESTAS llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina."  2 Ped. 1:2-4

 


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Si ha consagrado todo sa tiempo sus talentos al Señor, la preganto es, ¿Cuanto de ellos está dando?

 

    Pero para obtener el conocimiento y la fortaleza que Dios está dispuesto a proporcionar a todo el que vaya en pos del premio celestial, se pondrá a prueba la sinceridad de nuestros votos de consagración.

    Si habéis consagrado al Señor todo vuestro tiempo y todas vuestras aptitudes, ahora le cuestión es: ¿Cuánto le estéis dando? ¿Aún queréis, de acuerdo con vuestro pacto de consagración, abandonarlo todo-vuestros planes y métodos, vuestras teorías y las teorías de otros-para en cambio aceptar el plan de Dios, su tiempo y su manera para llevar a cabo esta grandiosa obra?

    ¿Queréis hacer esto aun a costa de las amistades terrenales y de los lazas sociales? Del tiempo que podrías emplear en otros asuntos, ¿queréis dedicar parte a la investigación de estos gloriosos temas que tanto alientan el corazón de los verdaderamente consagrados a pesar de saber que os costará ciertas privaciones?

    Si no lo habéis consagrado todo, o si al hacerlo pensasteis llevarlo a cabo a medias, no sentiréis placer para dedicar el tiempo y el esfuerzo necesario para diligentemente escudriñar su Palabra como quien busca por un tesoro escondido, para así ganar la fortaleza indispensable para sobrellevar todas las pruebas de fe peculiares al tiempo presente (la aurora del Milenio), que superan a las de todo otro tiempo.

 

La Verdad engendrá un amor para Dios y Su plan tan grande e que vendrá a ser el tema que ab sorberá toda la vida.     Mas no creáis que la ofrenda terminará al dedicar el tiempo y la energía necesarios para este estudio; algo más se requiere. Se pondrá a prueba la sinceridad de vuestro propio sacrificio, para saber si sois dignos o indignos de ser miembros de ese "pequeño," rebaño la Iglesia vencedora, que recibirá los honores del reino.

    Si en tediáis la Palabra de Dios diligentemente, y si recibís sus verdades en un corazón noble, sincero y consagrado, engendrará en vosotros tal amor para Dios y para su plan, y tal deseo de proclamar las buenas nuevas, que será vuestro único tema, el tema que absorberá, el resto de vuestra vida.

    Y esto, no tan sólo os separará en espíritu del mundo y de muchos cristianos nominales, sino que de hecho también os separará de ellos. Os creerán singulares y se alejarán de vuestra compañía, seréis despreciados y considerados como insensatos a causa de Cristo, puesto que ellos no nos conocen así como tampoco conocieron al Señor.   2 Cor. 4:8-10; Luc. 6.22; 1 Jn. 3:1; 1 Cor. 3:18

 

¿Queréis seguir conociendo al Señor aun a través de buena o mala fama?
¿Queréis abandonarlo todo y seguir por donde quiera que El os guíe con su Palabra?

 


Se dedican con constancia.

    ¿Queréis seguir conociendo al Señor aun a través de buena o mala fama? ¿Queréis abandonarlo todo y seguir por donde quiera que El os guíe con su Palabra? ¿Dejar de satisfacer los deseos de vuestros amigos y vuestros mismos anhelos? Esperamos que muchos de los consagrados en cuyas manos ha de llegar este volu pudiendo decir:

"Por la gracia de Dios, seguiremos conociendo y sirviendo al Señor, sin retroceder ante las cosas que este sacrificio implique."

    Que éstos se dediquen con constancia a probar lo que se ha presentado en las páginas anteriores, como lo hicieron los nobles discípulos en Berea. (Hech. 17:11)

     Que lo prueben, no por medio de los credos de los hambres, sino con el único inequívoco y divino fundamento en el cual toda fe debe basarse-la Palabra del mismo Dios. Con el fin de facilitar tal investigación es que demos citado tantos textos de la Biblia.

 

El Plan Divino -- en harmonia perfecta con el caracter de Dios--
es una demonstracion maravillasa de sabiduria, justicia, amor y poder.

 

    Será inútil procurar armonizar el plan divino demostrado aquí con muchas de las ideas previamente sostenidas, y que se tenían por bíblicas, aun cuando nunca fueron probadas como talos.

    Se observará que el plan divino está completo y en armonía consigo mismo en cada una de sus partes, y que está en perfecto acuerdo con el carácter que las Escrituras atribuyen a su gran Autor. Esta es una maravillosa demostración de sabiduría, justicia, amor y poder. Lleva consigo las evidencias de un designio sobrehumano, sobrepujando el poder de la inventiva humana, y casi fuera del alcance del humano entendimiento.

 

BibleChart.jpg (7213 bytes)     No cabe duda que surgirán preguntas acerca de ciertos puntos, en demanda de una solución de acuerdo con el plan aquí presentado. Un cuidadoso estudio de la Biblia solucionará inmediatamente muchas de estas preguntas, y confiadamente podemos decir a cada uno: Ninguna pregunta que usted pueda hacer quedará sin una respuesta satisfactoria y en completa armonía con las opiniones que hemos presentado en este libro.

    Los volúmenes subsecuentes tratarán de las diferentes ramificaciones de este plan, exhibiendo a cada paso la sin par armonía de que sólo la verdad puede jactarse. Y sépase que ningún otro sistema de teología pretende o ha intentado armonizar consigo mismo todo lo que la Biblia nos enseña; sin embargo, nada menos que eso pretendemos de las opiniones expuestas aquí.

    Esta armonía, no tan solo con la Biblia, sino también con el carácter de Dios y con el sentido común santificado, sin duda alguna habrá cautivado la atención del lector, llenándolo de asombro al mismo tiempo que de esperanza, y de una confianza absoluta.

    Ciertamente que es maravilloso, pero es precisamente lo que pudiéramos esperar de LA VERDAD y del infinitamente sabio y benéfico plan de Dios.

 

 

 

 

 

 

 

 

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Responsabilidad:
¡Poned la luz en alto!
¡Izad un estandarte para el pueblo!

    Y mientras que la Biblia se está dando a conocer bajo este punto de vista y continúa poniendo en relieve cosas maravillosas
(Sal. 119:18), la luz del presente día, al resplandecer sobre los diferentes credos y las tradiciones de los hambres, produce en ellos un efecto contrario. Hasta sus mismos adherentes los reconocen como deformes e imperfectos, y por lo tanto, en gran manera los pasan desapercibidos; y a pesar de que todavía los apoyan, a causa de la vergüenza que estos credos les produce, muy rara vez se trata de ellos.

    Y muchos hacen extensiva esa vergüenza hasta la Biblia, creyendo que soporta los credos y las tradiciones humanas, y que ella sostiene semejantes deformidades de pensamiento como de origen divino. Como consecuencia, vemos la libertad con la cual varios de los tal llamados pensadores avanzados principian a negar ciertas partes de la Biblia que no congenien con su punto de vista.

    ¡Cuán sorprendente pues, la pro videncia divina, la que al mismo tiempo abre ante nuestros ojos este plan verdaderamente glorioso y lleno de armonía-un plan que no rechaza la Biblia en ninguna de sus partes, sino que reúnen todas ellas en armonía perfecta. La verdad, cuando en sazón, se torna en alimento para la familia de la fe, suministrado con el objeto de que ésta pueda avanzar y crecer.
(Mat. 24:45)

    Al darse cuenta del carácter de la verdad, quienquiera que entra en contacto con ésta, adquiere una responsabilidad correspondiente. O bien se recibe y se obra en conformidad con ella, o se rechaza y se desprecia. El pasarla por alto no nos releva de la responsabilidad.

    Si la aceptamos también nos ponemos bajo responsabilidad HACIA ELLA, puesto que es para TODA la familia de la fe; y cada uno que la recibe, es su deudor; y si quiere ser un fiel mayordomo, debe extenderla a los demás miembros de la familia de Dios. ¡Haced que vuestra luz brille! si esa luz se apaga y nuevamente quedáis en tinieblas, cuán grandes tinieblas serán.

¡Poned la luz en alto!
¡Izad un estandarte para el pueblo!

 

 

 

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